/ Sara Valentina Enriquez /
Bailando a 3640 msnm, La Paz, Bolivia
A mi La Paz
a este albergue de locos cotidianos le quería hablar
Llegue a la conclusión
que definirte no se puede
sino sentirte, y decirte,
que vos, paradoja del mapa,
serias un aguayo, es decir,
un enredo coherente
en el que Jaime Sáenz te susurra en el oído
y te incita a entregarte a la noche,
o la casera, que sin pudor
te incita a entregarte a los lánguidos placeres de la vida
llenando de cachivaches el ser.
La Paz, cuna de desputes
Y risas sagradas
creo que no entendemos que La Paz es
una infame andante
de la que todos somos parte
paceños del mundo
cambas paceños, chapacos paceños
gauchos paceños, tupiceños paceños
puedo decir que la identidad del Ser Paceño
radica en entender que somos parte de
pero no se sabe de que
dentro de ella, destino maldito
lejos de ella, dulzura distante
a vos luz viva y congelada
a vos, cantante enredada
a vos, suspiro de maga
no puedo definirte
solo sé que no te tengo
que me tienes vos
Silencios
Camino del silencio, camino revolución
hay silencios entre tu boca y mi boca
silencios que explotan de sinfonía
y le dan mas tango a la vida
el silencio,
un escupitajo desde el balcón de los azares
que llega cargado
a los mayores letrados
el silencio,
es tan imprescindible como esas noches
de luna sonriente,
tienen la misma condición polifónica
la vemos todos, si,
pero a unos les afecta más que a otros
por eso también digo y sostengo
que existen silencios mudos
altamente peligrosos
de esos que usan bien la corbata
de esos que aprietan la pasta dental nueva desde abajo
de esos que, en soledad,
la moral no les permite bailar frente al espejo
de esos, sin luna ni noche
hay silencios también gritones
enamorados de la radio
que marcan tonos, que obedecen, que imponen
silencios que marcan ritmo
silencios de vértigo,
esos previos a la última copa
ahora que estoy de pie en el centro
el silencio es revolucionario
es distancia, es sollozo
lo escucho, su nube me exprime
entonces, le tomo de la mano
tiemblo, y después doy un paso a la izquierda
otro adelante, otro a la derecha
entonces 1, 2, 3, después giro
El silencio me ha tomado
me sopla, me grita, le agarro fuerte
y con el vapor que sale de mi boca
lo acaricio
y en agradecimiento,
el me presenta la nocturna ciudad
impregnada de voces
maldita quimera, maldito retorno
no tengo otra
que bailar colgada de tu boca
Soy Sara Valentina Enriquez Moldez, difícil decir quién soy, siempre me ha costado. Por eso, primero diré quien no soy. No soy alguien que busca entender la vida y el mundo con visiones que carecen de alma. Soy una voz latinoamericana, una vagabunda que está en el último año de colegio, en la promoción. Soy alguien sensible que busca plasmar en letras, que salen de letras, el poema de la vida. Escribo para sobrellevar este mundo y sostener sensibilidad en mi vida. Pienso que cuando se acaba la sensibilidad, es cuando nos han ganado la guerra. No conmoverse, no dejarse llevar, no renegar, no reír, no ser profundamente sensibles y humanos, son vestigios de que nos ha ganado el sistema. Y es ahí cuando el arte se convierte en salvación y a la vez en condena. Por ello, es que percibo y trato de construir el arte como la forma más sensible y rebelde de enfrentarme al mundo.
Mundos imaginarios que se entrelazan y -lo mejor- con una coherencia que nunca deja perder el rumbo hacia su objetivo final. Así veo yo tu poesía… te felicito! Sigue adelante! Tienes un gran futuro…
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Estimada Vale un enorme placer escucharte y leerte ya que tus mensajes reconstruyen y retoman un espacio semi extraviado en muchos jóvenes de hoy, pero contigo se puede volver a confiar que no todo esta sumergido en lo convencional y consumista de la nueva generación, por eso van mis parabienes a tu bella persona……a seguir adelante que en tu sangre corre sangre valiente y revolucionaria………
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