Ensayo: ¿Estado de derecho en Bolivia? de Valentín Murillo


Pintura de Mario Conde

Un pequeño ensayo sobre los hechos de vulneración a los derechos humanos de un ladrón.

Primero como ejemplificación  del análisis de este pequeño escrito tendremos el abuso de poder y la vulneración a los derechos humanos a un ladrón en la ciudad del alto por parte de un militar. El hecho en concreto se dio cuando el militar atrapo infraganti al ladrón tratando de asaltar a una mujer y posteriormente queda registrado en video y difundido por las redes sociales como enervado de ira golpea al ladrón con puntapiés y golpes a puño cerrado en la cabeza y rostro del delincuente hasta el punto que el sometido gritaba paz mientras veíamos que las contusiones provocaron hematomas de considerable daño para su humanidad.

En este caso la población boliviana se divide en antagonismos muy opuestos, por un lado los que apoyan al militar por que el escarmiento al antisocial fue “ejemplar” apelando puramente al emotivismo del momento o de malas experiencias propias donde se vieron identificados, por otro lado los que se ponen a defender al delincuente por que se estarían tomando atribuciones ilegales vulnerando sus derechos humanos, en especial el de ser juzgado por los procedimientos establecidos en el código penal de la nación y la CPE.

Esta sociedad polarizada en antagonismos no solo debe encontrar este caso como única fuente de análisis e incluso hasta volverlo partidista, ya que para algunas personas sin sentido común, el hecho de defender los derechos humanos te hace MASISTA y defender al militar te hace PITITA “defensor de la democracia”. Si el hecho claramente no debe deslingarse del tema político, este no debe ser confundido y tergiversarse y volverse partidario o partidista.

Un punto de análisis crítico debe y tiene que salir no solo de este hecho circunstancial casual para entender que lo que se defiende no es a un delincuente, sino más bien, es la defensa de los derechos humanos fundamentales que se consiguieron mediante una lucha histórica (por los movimientos de izquierda), donde cada hombre tiene derecho a ser juzgado según los procedimientos legales justos de una nación. Pero ese hecho hace la siguiente interrogante ¿en Bolivia existe un estado de derecho que regule la legalidad justa de forma legitima?

Primeramente, el estado es un objeto de estudio muy discutido pero para no alargar mucho la problemática nos enfocaremos en el concepto básico de la RAE:

Estado. 1. Se escribe con inicial mayúscula cuando significa ‘conjunto de los órganos de gobierno de un país soberano’: «La cooperación entre diversos órganos del Estado» (Siglo [Pan.] 10.4.97); también cuando se refiere a la unidad política que constituye un país, o a su territorio: «El derecho internacional no hace diferencia en cuanto al tamaño o la ubicación geopolítica de los Estados» (Ortega Paz [Nic. 1988]). Forma parte de numerosas expresiones y locuciones: jefe del Estado, secretario de Estado, golpe de Estado, razón de Estado, Estado de derecho, etc.

2. Se escribe con minúscula en el resto de sus acepciones, incluida la que se refiere a la porción del territorio de un Estado cuyos habitantes se rigen, en algunos asuntos, por leyes propias (como ocurre con las demás entidades territoriales: comunidad autónoma, departamento, provincia, región, etc., que se escriben con inicial minúscula): «En el estado de Oaxaca hubo elecciones extraordinarias» 

Dicho lo anterior nos agarraremos principalmente que un estado es un conjunto de los órganos de un gobierno de un país soberano que cooperan entre sí para que el poder no se concentre en un solo órgano y llegue a ser totalitario y dictatorial que mayormente llega a serlo mediante un golpe de estado constituyendo un gobierno de facto como el que estamos viendo en la coyuntura boliviana con Jeanine Añez y Arturo Murillo, con el respaldo del movimiento PITITA, donde incluso ya sacaron pronunciamientos públicos con intenciones de cerrar la asamblea legislativa. Si esto llegaría a pasar significaría que un órgano del estado, el legislativo, ya no tendría potestad concentrando mayormente el poder en el órgano ejecutivo, es decir, a Jeanine Añez y sus respectivos ministros. Una dictadura totalitarista del ejecutivo. Evitar el poder absoluto y totalitario, reconoce al pueblo, la constitución y la supremacía de la ley, por medio de la voluntad del pueblo tratados internacionales que reconocen los derechos individuales y derechos humanos

Entonces, dentro esta hipótesis, si el ejecutivo tendría un poder absoluto y dictaminara leyes mediante decretos, estas leyes no dejarían de ser legales conforme a su gobierno pero carecen de legitimidad frente al pueblo boliviano. Para explicar mejor esto pondré de analogía lo siguiente:

¿Que hace que el acto de violar sexualmente sea ilegal? ¿La legalidad como tal o la legitimidad ética y moral que le damos como pueblo a este acto repulsivo? Si un violador comete este acto contra su propia hija inmediatamente por sentido común diremos que eso está mal y exigiremos que se cree y promulgue leyes para hacer justicia y condenar no solo a ese violador sino a todos los violadores que se atrevan a cometer este acto antiético por sentido común. En el proceso de la exigencia del mismo pueblo para ejercer justicia se tomara en cuenta lo que es realmente justo, en el caso boliviano dictaminamos que lo justo seria 30 años de cárcel para el agresor, en otros lugares del mundo hasta la misma pena de muerte. Esto depende de la legitimidad que le de la población en el determinado grado de lo que considera  ético.

Para entender a la justicia con una mirada neutral, con equidad e igualdad tal vez sea prudente resaltar la simbología de la mitología griega de la diosa Themis diosa de la ley y el orden, el derecho y la justicia, hija de Urano dios del cielo y Gea diosa de la tierra; en su personificación la misma diosa lleva la venda en los ojos representa la imparcialidad al resolver, todos tenemos que ser juzgados por igual, la balanza en la mano izquierda representa la proporcionalidad y la equidad, la espada de la mano derecha capacidad de coerción que impone las decisiones que adopta, el libro a sus pies nos dice que la justicia siempre tiene que estar sustentada en la ley y que a su vez la ley debe tener un legítimo sustento, y de igual manera al pisar la serpiente nos dice que la justicia tiene que imperar ante todas las injusticias.

También para tratar de responder esta interrogante el intelectual jurista Kelsen dentro sus teorías nos dirá principalmente que en un estado, ya sea dictatorial o democrático existirá un estado de derecho, ya que hablar de estado y estado de derecho es nada más y nada menos que un pleonasmo. Entonces, si, lastimosamente podemos decir que en la coyuntura política boliviana, donde el poder está a cargo de un gobierno de facto existe un estado dictatorial de derecho aun así. Un gobierno dictatorial se rige en un estado de derecho, porque aunque sean leyes abusivas se rigen bajo leyes, pero podemos decir afirmativamente que estas leyes carecen de legitimidad y por ende son injustas, al serlo las leyes por mas formuladas que estén, no están escritas en piedra y siempre tienen que adecuarse a la legitimidad que le da el pueblo.

Entonces. Estado de derecho es un estado donde cuyo poder y cuya actividad está regulada y garantizada por la ley. Pues bien, dicho lo anterior, la distinción entre “legalidad” y “legitimidad” resulta ser, para comenzar, una diferencia esencial en cualquier Estado democrático de Derecho. La legalidad pertenece al orden del derecho positivo y sus normas contienen siempre fuerza de ley (es decir generan obligación jurídica). La legitimidad forma parte del orden de la política y de la ética pública (fundamentación de las normas y de las decisiones). De esta forma, mientras que la legalidad genera obligación, la legitimidad genera responsabilidad (política o ética) y reconocimiento. O, expresado de otro modo; la legalidad tiene una racionalidad normativa acotada y la legitimidad tiene una lógica deliberativa abierta al remitir a conceptos más difusos (como pueda ser la ética).

Volviendo al ejemplo principal para explicar esto podemos resaltar, entonces, que el militar evadió la ley y el procedimiento legal en que debe ser juzgado cualquier persona, tomándose atribuciones abusivas solo por llevar uniforme que para el colmo es de las FF. AA. y no de la policía, que debería ser la responsable en poner orden dentro la sociedad civil. Podemos analizar varios aspectos de este militar para descifrar su comportamiento desde la carga psicológica que lleva su profesión con órdenes por medio de gritos hasta verse alejado de su familia por cuidar las fronteras del país, hasta la impotencia de sentirse identificado como muchos de nosotros que sufrimos un atraco o robo, pero aun así estas razones no son excusa para regirnos en la ley de talión, ojo por ojo diente por diente, ya que si seguimos esta lógica dejamos de ser una sociedad civilizada que cree en la justicia y se vuelve arcaica.

Para terminar, tal vez no lo podía decir mejor el ex Papa Juan pablo II

…“Si quieres la paz, trabaja por la justicia, si quieres la justicia defiende la vida. Si quieres la vida, abraza la verdad”…

…Y miguel de cervantes

Cambiar el mundo sancho no es una locura ni una utopía, sino justicia. -don Quijote de la Mancha

Autor: Valentin Murillo Agreda

Un potosino fiel y fino incursionando en la ciudad de La Paz, estudiante apasionado de ciencias políticas y gestión publica en la UMSA, filósofo empírico, comprometido con la realidad nacional sin la búsqueda de satisfacer a los burócratas del «saber».

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