Crónica: La Revolución estética de la Familia Galán, por David Aruquipa


Transformismo y familia Galan son de Tony Suarez, Muestra fotográfica SOMOS PATRIMONIO

Inicié mis tránsitos por los submundos maricas de la ciudad de La Paz en los años 90, allá por los bares de la plaza Pérez Velasco, en el punto de encuentro denominado “el reloj”, a pocos pasos del bar “Holiday”. Cómo no recordar este espacio “open mind”. No era necesariamente gay pero era notoria la presencia de diversidad de personas, entre ellas policías, maricas y prostitutas, todas hermanadas en el mismo espacio. También estaba la “Chicharra”, un barcito totalmente marica, donde las parroquianas andaban acompañadas de sus “maridos”. Además de estos bares, entre otros muchos, me gusta recordar al “Brasil” y al “Bolivianísimo”, que eran dos lugares de clase media, concurridos por gays de todas las edades, desde estudiantes hasta profesionales que no querían ser confundidos con las “maricas movidas o mano quebrada” de la Pérez Velasco. Ironías de clase, todas las que estaban en la Pérez también compartían estos espacios. El imaginario de clase quedaba así reducido a una ficción muy bien actuada.

Fue en estos boliches donde se realizaron los primeros eventos de belleza transformista al estilo “Barbie”, buscando a las transformistas más cercanas a una Lupita Jones, Alicia Machado y otras, que por cierto eran algunos de los nombres que buscaban las transformistas. Ahí está Diana Sofía Galán, junto a otras  como Andrea Nicole, Lupita Jones, Bárbara Palacios y otras, que iniciaron el arte del transformismo competitivo. Todas ingresaron a ser evaluadas y devaluadas por el submundo gay: elegir a la soberana transformista. Tarea difícil, menos para Diana Sofía Galán, una de las más fuertes candidatas, que llevaba las de ganar. Así surgieron, en 1997, Las Galán.

Eric Bauer: Obra de teatro LAS MEMORIAS DE KATHERINE

Las Drag Queens y la reconstrucción del género “en vivo”

Las Galán dominamos los concursos de belleza transformista por muchos años: Diana Dofia Galán, Miss Transformista La Paz y Bolivia en 1996. Leonela Sabatini Galán, Miss Transformista La Paz y Bolivia 1998. Satine Galán, Miss Transformista La Paz y Bolivia 2002. Y así sucesivamente. Pero este tipo de “transformismo Barbie” no era atractivo para muchas de nosotras. Con esta inquietud me acerqué a las Galán, y en charlas con Paris (Galán) iniciamos el estilo drag queen, con memorables apariciones de trajes y pelucas coloridos, además de tacones muy altos. Fue un éxito total, una exageración estética que nos marcaría como Familia Galán hasta la actualidad.

Nuestra primera presentación pública fue en el festival de ciudadanía sexual “Placer en la Plaza”, el 2 de diciembre de 2001, en la ciudad de La Paz. A plena luz del día y al aire libre, las drag queen se instalaban en el imaginario de la gente. Para esta presentación asumí el nombre de Danna Galán, en homenaje a Dana Internacional, esa activista transexual que luego de haberle negado el premio de Eurovisión por su transexualidad protestó mundialmente hasta lograr ser reconocida y su triunfo restituido. Esa fascinación me conectó con ella. Salí como Danna a la luz pública pues hasta entonces mis apariciones habían sido clandestinas, escondidas por las luces tenues y lúgubres de discotecas nocturnas.

Una de las principales impulsoras de esa aventura fue Susanna Rance, hermana política, llamada K-os Galán, que se fascinó con nuestra propuesta y nos repetía constantemente que veía en todas nosotras las teorías performativas de Judith Butler, en vivo, desde nuestros cuerpos, las esponjas, los tacos y pelucas. Éramos la deconstrucción en vivo del género.

Transformismo y familia Galan son de Tony Suarez, Muestra fotográfica SOMOS PATRIMONIO

La familia Galán se reproduce

Esos inicios irreverentes y novedosos, provocaron un crecimiento rápido de la Familia Galán. Distintos personajes se hicieron parte de nuestra propuesta: Kris-is, Paris, Dolor, K-os, Calipso, Pecado, Pasión, Vizio, Leonela, Eda, Shushuka, Katrina, Kea, Sasete, Machete, Pluma, Alisha, Isis, Satine, Hiperquinética, Letal, Fatal, Irán, Macarena, y muchas más. Como diría nuestra amiga Diamela Eltit: “tenemos un conjunto de nombres que parecen sacados de un afiebrado santoral digital”.

Nos planteamos como una familia que cuestionaba la pertenencia exclusiva a una familia biológica, abriendo las puertas a una familia política, amplia, con derecho a decidir. Ese autonombrarse como “familia” también fue una respuesta a los grupos “pro-vida” y fundamentalistas religiosos que defendían la “familia nuclear”, con quienes tuvimos muchos encontrones públicos. Nosotras denunciábamos las incitaciones al odio y discriminación dirigidos constantemente hacia nuestro colectivo.

Son célebres nuestras apariciones en la plaza Murillo de la ciudad de La Paz, centro del poder político, así como las transgresiones urbanas en el paseo del Prado; en calles, plazas, teatros, supermercados, discotecas y ferias públicas. Irrumpimos en distintos lugares con nuestra reflexión, escandalizando y cruzando fronteras.

Transformismo y familia Galan son de Tony Suarez, Muestra fotográfica SOMOS PATRIMONIO

Los tacones como instrumento de poder

La Familia Galán instaló el uso de tacones de 30 a 40 cm, pelucas coloridas y trajes galácticos. Éramos unas figuras lúdicas y vistosas. Y encima de los tacones podíamos tener dominio total de la gente y del espacio: los tacos nos daban poder.

Las calles eran nuestro territorio. Y no faltaba algún “hombrecito” que nos gritaba “¡maricones!”, entonces todas apuntábamos la mirada al agresor, encima de los 30 cm de tacón, y éste escapaba muerto de miedo; la gente se reía de él. La altura era estratégica, nos daba el poder de ser visibles a gran distancia. Nuestra presencia era imprescindible en las ferias culturales dominicales en el Prado de La Paz, en los diferentes medios de comunicación y en todo espacio que buscábamos irrumpir.

La fama alcanzada por la Familia Galán en estos años nos obligó a asumir con seriedad nuestro rol. Ya no eran solamente los espacios sociales los que nos requerían sino incluso el mundo académico. Los tacones, el maquillaje las pestañas y los trajes nos acompañaban en las distintas acciones públicas y debates sobre los cuerpos politizados en la sociedad boliviana. El activismo desde las calles comenzó a cuestionar las cómodas acciones de los grupos gay que desde el escritorio institucionalizado pensaban transformar la sociedad. Nosotras discutíamos y echábamos en cara que la transformación se daba en las calles y no en los espacios cerrados que ellos empezaban a formalizar, con una política de enclaustramiento social de “gueto gay”.

La Familia Galán fue una importante influencia dentro del movimiento TLGB de Bolivia, puesto que a través de nuestra agenda, desde la “estética Galán”, otras agrupaciones se apropiaron del transformismo. Las drag queen dominaron las acciones TLGB, desde las marchas del orgullo trans, lésbico gay y bisexual de Bolivia (TLGB) hasta la última aparición reivindicativa sobre algún derecho, constituyéndose en una propuesta cultural artística desde la estética Galán.

Al mismo tiempo, la Familia Galán ingresó en los espacios de arte y cultura, montando exposiciones fotográficas en distintos espacios culturales, como la muestra Lenguajes Corporales: Transgresión Transformista (2003); Mi otro yo (2004); Mi rostro refleja mi libertad (2010); Somos Patrimonio (2012); Metamorfosis (2014); y otras. También presentamos obras de teatro como Las memorias de Katherine (2004); Las mal-criadas (2006), basada en Las Criadas de Jean Genet; y Fango Negro (2004).

Eric Bauer: Obra de teatro LAS MEMORIAS DE KATHERINE

A la conquista de las fiestas populares

La estética transformista drag queen no fue suficiente. Otro espacio importante de irrupción de la Familia Galán fueron las fiestas populares. Nuevos escenarios de conquista a través de la danza de la kullawada y el personaje del Whapuri Galán, que desde el año 2002 se hizo parte del Carnaval de Oruro y del Gran Poder. Integrar el personaje del whapuri provocó mucha tensión folklórica. Estábamos conscientes de que el costo de mariconizar a un personaje masculino como el whapuri (jefe de los hilanderos), figura central de la virilidad y el poder en esta danza ritual, podría derivar en la expulsión de la fraternidad, situación que nunca pasó.

Eric Bauer: Obra de teatro LAS MEMORIAS DE KATHERINE

Las hijas ilustres del atrevimiento

Supimos utilizar el transformismo como una herramienta de lucha política. No nos estancamos en un colectivo trans sino que fuimos, somos, la representación estética de una época y hace más de una década venimos abriendo nuevos espacios de diálogo. Cuestionamos las identidades fijas porque creemos en las construcciones sociales en permanente movimiento. Nuestro trabajo es un dispositivo cultural, activamente político, que permite interpelar lo políticamente correcto. Por supuesto que continuamos reflexionando y teorizando sobre nuestras acciones. No nos sentimos víctimas del sistema, más bien actuamos para transformarlo; no somos las hijas olvidadas del sistema, nos apropiamos de los espacios que nos corresponden. Tampoco estamos necesariamente hermanadas pues cada quien construye historia desde su espacio. Eso sí, mantenemos esa provocación que dice: somos atrevidas, regias y arrogantes. Tacos, pelucas y cancán, así somos las Galán.

Eric Bauer: Obra de teatro LAS MEMORIAS DE KATHERINE

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Autor: David Aruquipa Pérez

Activista por los derechos humanos, Investigador y Gestor Cultural.

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